Cada lunes una enorme fila de devotos se acerca a él a solicitar favores, pues la historia cuenta que en vida ayudó a tantos como pudo. Pero lo que pocos saben es él y a sus hermanos fueron los fundadores hace 121 años de Bavaria, una de las industrias cerveceras insignia del país.
Así fueron sus inicios. Leopoldo y Emil Kopp Koppel llegaron a Santander en 1876 desde Offenbach, Alemania. Inicialmente, como buenos comerciantes judíos, establecieron una miscelánea en la que vendían toda clase de objetos importados. Dos años después, se trasladaron a Bogotá y allí conocieron a los también hermanos Santiago y Carlos Castello, con quienes en 1878 constituyeron la sociedad Kopp y Castello, con el fin de comercializar, importar y exportar bienes.
Más tarde, el 4 de abril de 1889, adquirieron un lote en el barrio San Diego, en ese entonces ubicado a las afueras de la ciudad, para la construcción de una planta cervecera. Un año después desapareció la sociedad y los hermanos Kopp Koppel crearon la compañía Bavaria Kopp’s Deutche Bierbrauerie, que en 1891 inauguró su primera factoría.
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